Los trabajos, que desde XERFLÓN Arqueólogos, se ha llevado a cabo en lo que fue la casa del Abad junto a la torre mudéjar de la catedral de Jerez, han tenido su reflejo en la prensa local. Desde XERFLÓN queremos agradecer la labor de difusión de estos trabajo, y de otros de la misma índole, que se realiza desde DIARIO DE JEREZ.
Os dejamos el artículo completo:
HALLAN DOS ARCOS EN LA CASA DEL ABAD QUE PODRÍAN SER DEL SIGLO XV
Unos trabajos de consolidación sacan a la luz restos medievales en el exterior del edificio y los expertos auguran «nuevas sorpresas».
Imagen del arco de la Encarnación visto desde el callejón Cazorla Baja ayer.
La historia vuelve a recordar a la ciudad la riqueza patrimonial que habita oculta. Así ha sido ahora en la llamada Casa del Abad, a los pies de la torre-campanario de la Catedral, donde unos trabajos de consolidación del edificio han sacado a la luz dos arcos que podrían ser de los siglos XV-XVI, según apuntaron ayer a este Diario expertos que han trabajado en la excavación, «por los materiales de la época que han ido saliendo durante los trabajos realizados». Sin embargo, no descartan que sean «de época anterior, pero es algo que está en fase de estudio», dicen los arqueólogos Gonzalo Castro y Rafael Jorge Racero.
Los arcos se hallan uno en el reducto Cardenal Bueno Monreal y otro, en la cuesta de la Encarnación. Unos hallazgos que permitirán además conocer la cronología de la edificación, así como la búsqueda de la primitiva colegial y de la antigua mezquita, a la vez que conocer más datos sobre la reordenación urbanística de la zona. Ambos estudiosos subrayan que ya «se intuía la existencia de estos arcos y, ahora que los hemos descubierto, lo que queremos es analizar su funcionalidad. Uno de ellos, el del reducto, continúa incluso hacía abajo, dirección al Arroyo y tiene además un relleno que se hizo para el acceso a la Colegial. Son siete metros de altura pero ahora sólo se puede ver lo que se ha picado en el exterior, ya que en el interior no se puede ver». «Queda todavía -añaden- mucho trabajo por hacer aquí, ya que a la casa se le han ido añadiendo niveles, de hecho, aquí podría estar la bodega de la Catedral pero en el sentido de almacenaje, no de las bodegas que hoy conocemos, ya que aquí se guardaba el diezmo que recibía la Iglesia».
Las obras, que han tenido una duración de 45 días, están ahora mismo paralizadas, a la espera de que el Obispado le dé el visto bueno a su reanudación y poder saber más sobre la arquitectura de la zona. «También obtendríamos más información sobre estos arcos y los pondríamos en correlación con el entorno de la Catedral, su edificación y su entorno, y del urbanismo medieval y postmedieval de la zona, es decir, para saber cómo era este espacio entre el siglo XII y el XVII. Sin duda, podríamos sacar muchísima información de esta intervención. Esperemos que la podamos reanudar pronto».
Respecto a la posibilidad que arrojan historiadores como el jerezano Miguel Ángel Borrego sobre que junto a la torre de la Catedral se encuentra la mezquita primitiva de la ciudad, Castro apunta que hasta la fecha, «no ha salido material islámico, aunque en el entorno sí podría estar la mezquita. Estamos todavía estudiándolo y queremos ser muy cautos con esta hipótesis».
Un edificio que se utilizó como viviendas y Casa del Abad hasta los años 60 del pasado siglo, y que tiene varios niveles de construcción que se superponen, «así que hay que ir viendo la cronología de cada una de las construcciones», destaca Castro, que insiste que si los trabajos continúan «sacaríamos bastante información urbanística de la zona y, sobre todo, muchos datos referentes a la Colegial. Hay que destacar que la Casa del Deán se termina de construir en 1761 a partir de unos restos de la primitiva Colegial, de la Capilla de Ánimas y del Cristo de la Viga, que se mantienen abiertas mientras se construye la actual Catedral para el culto del Cabildo. Una vez acabadas dichas obras, esas dos capillas se aprovechan para hacer la contaduría y la Casa del Deán”. Ambos arqueólogos auguran que lo que «está claro es que si las obras siguen, nos vamos a llevar muchas sorpresas».
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