28 Ene ARQUEÓLOGOS DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA, DEFIENDEN UNA NUEVA CRONOLOGÍA DEL ALCÁZAR SEVILLANO
Miguel A. Tabales, profesor de la Universidad de Sevilla, coordina una investigación que pretende demostrar que el Real Alcázar de Sevilla fue construido en el siglo XI, y no un siglo antes como se ha creído hasta ahora.
Las teorías más tradicionales señalaban que este conjunto de palacios y de la muralla que lo rodea se inició en torno al siglo X. Las dos décadas de investigaciones de los miembros del grupo de Construcción Patrimonial en el Real Alcázar, buscan demostrar que realmente se inició su construcción en el siglo XI » y así lo han demostrado con la publicación de más de 30 artículos científicos”, indica la Hispalense en un comunicado.
«La hipótesis que nosotros planteamos retrasa el origen del Real Alcázar de Sevilla al siglo XI y a los siglos XII y XIII el proceso de la gran transformación y expansión de este enclave», afirma el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, quien añade que «esta teoría ha sido muy conflictiva, porque supone una revolución en los cimientos de la Historia de la Arquitectura, poniendo en juego la superioridad del análisis científico sobre otras disciplinas basadas sobre todo en analogías no contrastadas».
La trascendencia de esta investigación es «indudable», ya que si finalmente se certifica que el origen cronológico del Real Alcázar no es el que se piensa «podrían tambalearse los cimientos de la interpretación de un gran número de los edificios islámicos de España, ya que se toma como prototipo este palacio», según destaca este investigador.
«La cantidad de análisis que hagamos finalmente dependerá de la financiación que nos concedan, ya que seguimos pendiente de la resolución definitiva de la convocatoria de ayudas a Proyectos de Excelencia de la Junta de Andalucía de 2012; no obstante, queremos analizar al menos la parte más antigua, que es la más conflictiva», ha concluido Tabales.
Para probar esta teoría, se van a realizar por parte de los investigadores, un análisis de todas las murallas del alcázar, independientemente de estudios e intervenciones anteriores. Se va a trabajar con dos enfoques, por un lado la revisión y análisis de la estratigrafía y por otro, desarrollar un estudio minucioso de la técnica constructiva a través del análisis cronotipológico, de manera que uniendo ambas lecturas puedan conseguir una catalogación lo más precisa posible.
Para alcanzar este objetivo los arqueólogos van a concentrar en un solo proyecto cinco técnicas distintas y complementarias: el análisis con carbono-14 y termoluminiscencia, estudios mensiocronológicos y termógraficos y, por último, aplicarán una novedosa modalidad de clasificación de la construcción histórica siguiendo un sistema de código alfanumérico que presenta mayor índice de fiabilidad que los sistemas tipológicos tradicionales.
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